
Probablemente una de las frustraciones más grandes que puede sentir una pareja ocurre cuando llega el momento que deciden ser padres y por mucho que lo intentan no consiguen que se produzca el embarazo. No hay nada peor que eso, pensar «quiero tener un hijo», intentarlo, desearlo con todas tus fuerzas y no poder. Los estudios reflejan que cada vez las parejas tienen más dificultades para concebir y no son pocas las causas o motivos. Uno de ellos es que cada vez se retrasa más el momento de tener el primer hijo, la mujer lo intenta a una edad demasiado avanzada en una etapa menos fértil de su vida y resulta mucho más difícil conseguir un embarazo de manera natural. Pero también hay muchas otras causas que imposibilitan un embarazo, causas genéticas, enfermedades, etc. pueden provocar infertilidad y la esterilidad.
Lo primero que deberíamos dejar claro es que es muy importante no desesperarse ni cargarnos de negatividad si no se produce la concepción rápidamente. Ten en cuenta que una mujer puede ser fértil y costarle mucho quedarse embarazada por diferentes motivos, incluido el azar. Si transcurre un año de vida sexual activa desde el momento que se empieza a buscar un bebé, entonces si podríamos estar hablando de un caso de infertilidad. En ese caso deberíamos acudir al especialista para realizar el estudio pertinente que permita descartar o confirmar si uno o los dos integrantes de la pareja son estériles y en caso de no serlo ninguno poder realizar un tratamiento de fertilidad adecuado.
Fecundación in Vitro (FIV)
La técnica de la fecundación in vitro es probablemente el tratamiento para la esterilidad más utilizado cuando las parejas tienen dificultades para que ella se quede embarazada de manera natural y ya han fallado otras técnicas de reproducción asistida más sencillas y menos costosas. Recibe ese nombre porque la fecundación se produce fuera del cuerpo de la madre normalmente en un medio líquido controlado en laboratorio y luego el óvulo fecundado se introduce en el útero de la madre.
El proceso que se sigue en una clínica de reproducción asistida es bastante sencillo de explicar y consta de varias fases. En una primera etapa y tras la menstruación, se realiza una estimulación ovárica con medicamentos que dura unos días. Después, se procede a extraer los ovocitos y se preparan para el siguiente paso que es la fecundación. Una vez fecundado el óvulo se realiza un cultivo del mismo en laboratorio durante unos pocos días y entonces si se procede a la implantación en el útero de la madre.
Como curiosidad decir que aunque casi todos imaginamos que el proceso se realiza en un tubo de ensayo o probeta cuando nos hablan de fecundación in vitro, de ahí también el término bebé probeta, en realidad hoy día se utilizan casi siempre unos cristales planos conocidos como Placas de Petri.
También hay casos en los que la mujer que recibe el óvulo es completamente estéril y éste procede de una donante. Aunque lo mas habitual es que la donante pertenezca al entorno de la pareja, también hay mujeres donantes de óvulos (no confundir el alquiler de vientre y las madres de alquiler) que no tienen por qué tener nada que ver con ellos. También ocurre a la inversa, sobre todo con mujeres solteras o sin pareja, lesbianas, etc. que recurren a un banco de donantes de semen o banco de esperma y utilizan la fecundación in vitro para quedarse embarazadas.
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